lunes, 2 de septiembre de 2013

Vacunación, ¿si o no?


Tomo el tiempo de escribir esta nota por si alguna madre preocupada por el tema de la vacunación de niños, hace una búsqueda por la red y encuentra esta nota. 

¿Qué me mueve, a mí que no tengo hijos, a escribir sobre el tema de la vacunación? Mi esposo estudia medicina y durante este año dedicaron un tiempo al desarrollo de este tema. Habiendo aprendido sobre el mismo, me siento preocupada al ver los constantes cambios de status en las redes sociales que juzgan a una madre de buena o mala por una de dos: poner o no poner las vacunas, la lactancia. En este caso, hablaré únicamente sobre el tema de la vacunación, pues de éste es que tuve la oportunidad de adquirir un “somero” conocimiento médico. 

 Nada en contra de las madres que deciden no vacunar a sus niños, es una decisión muy personal, que concierne solo a sus padres e hijos y de los cuales entiendo el por qué

Dicho esto, me gustaría que observaran esta desagradable fotografía.  Estas enfermedades, son algunos de los múltiples padecimientos de terribles síntomas,  que pudieron ser erradicadas gracias al uso de vacunas. 

Hoy, por la modalidad de no inyectar las vacunas a sus hijos, en un intento por evitar el autismo (cosa que es una hipótesis, NO EXISTE PRUEBA REAL que determine que es cierto), los porcentajes de niños con estos padecimientos, en los Estados Unidos, se han disparado.

No tengo hijos, pero escribo esta nota porque me preocupa ver la discusión entre madres que si creen en las vacunas y las que no. Dudo muchísimo que una madre desee lo peor para sus hijos. Cada madre hace su mejor intento de ofrecer una vida saludable a su prole. Así que las invito a que busquen información, en revistas médicas, acerca de las vacunas. 

Hay múltiples opciones de cómo administrar las vacunas a sus niños. Se puede gestionar una a una (la opción por la que al momento personalmente me decanto) si un padre o madre desea que el impacto bacteriológico sea menor y gradual. 

Es legítima la decisión presidir de la vacunación, pero entonces debe tomarse el tiempo de estudiar cuáles son esas enfermedades y sus características, estudiar información sobre las vacunas y los efectos secundarios de las mismas CON DETENIMIENTO y de FUENTES FIDEDIGNAS (en los medios existe mucha información que descarrila cualquier entendimiento) y cuáles de esas enfermedades es más propensa a desarrollarse según donde se vive. Es una tarea ardua, pero si se va a prescindir de las vacunas, es INMINENTE realizar esta gestión para luego no lamentarse, pues muchas de estas enfermedades pueden ser letales o causar deformación permanente. 

 Cada familia tiene que considerar las variables, y en su análisis decidir DE MANERA  INTELIGENTE E INFORMADA, para que luego no haya razones para lamentarse.

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